Gotas


La gota fría sobre el litoral levantino; lluvias apocalípticas amenazan con inundar y obstruir la normalidad en las calles. Lo bueno, es que la policía se esconde, para no mojarse... lo malo, que si no tienes un barco, se hace difícil salir a la calle. Con el cambio climático, la alerta roja ha cambiado de fecha, cada vez es más tarde, pero no ha perdido intensidad.
Normalmente se habla del tiempo cuando parece que no se tiene otra cosa de qué hablar, es un recurso fácil, recurrente, para dar conversación; en este caso hablo del tiempo, porque me tiene un poco confundida, me afecta... es algo que se escapa de tu control y te evita planear, ya que no depende de ti, pero te puedes adaptar, y te das cuenta que sin controlarlo todo, puedes seguir tu camino.
Con las lluvias, llega el frío y la gente se vuelve a encerrar en sus cuevas, sacan los modelitos de invierno y cambian las cervezas de terraza por los cafés en interiores acogedores. El jolgorio de la calle se muda al interior, se juega un poco más al ermitaño y asoma la melancolía otoñal.
Nuevos rumbos, nuevas sensaciones en una nueva estación, de nuevo aquí... ya se me habían olvidado estos momentos de mimetización climática y de cansancio post-película... ¿Nacidas para sufrir? Ni de coña!

#Foto Noelia Villodre.

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