Tiempos de península

  La llegada a la Tierra Media fue agotadora, mental y anímicamente. Las diferencias que se perciben de la isla a la península son demasiadas; adviertes a la gente como zombis que vagan por la ciudad, con las caras grises y a un son que no controlan. La creatividad, el impulso de hacer cosas, se te escapa entre los dedos y luchas para no caer en ese mismo estado.
  Volver a empezar, aquí, otra vez, sin perder tu horizonte y volviendo a buscar la ilusión por hacer las cosas, las motivaciones, no es tarea fácil. Buscar trabajo, reciclar tus inquietudes, rebuscar entre tus sueños... sí, volver a empezar.
  Con el invierno cruzando la esquina, anhelando los días de playa y chanclas, luchando con los pantalones vaqueros y las botas, en un ambiente de polución. Queriendo conservar el mismo espíritu, sin que te quiebre la urbe. Seguiré buscando esa luz del faro, que me ayude a encontrar el norte, para que no me deje olvidar.


Foto: Noelia Villodre. (Faro de La Mola)

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