Cuando ves que la vida 'se te estanca', que no fluye la corriente, estás inmóvil mientras todo se mueve a tu alrededor, pero en caos, y tus pies están aferrados a una tierra que ya está yerma... y sientes que tienes que tirar, hacer un sobreesfuerzo para que las cosas sucedan y partir, arrancando tus pies de esa tierra que se aferra a tus suelas.
Una nube te cubre durante una época en la que parece que todo lo que tocas, no se convierte precisamente en oro, como a Midas, se disuelven los proyectos y se deslizan como arena entre los dedos.
Pero hay que seguir, no? y aunque haya días que parezca imposible, como si una araña te tuviese presa en su tela y no te dejara moverte, luchas por conseguir ese último hálito de fuerza y esperanza para no hundirte en tu propia miseria. No hay nada más asqueroso que la autocompasión.
Foto: Noelia Villodre
Una nube te cubre durante una época en la que parece que todo lo que tocas, no se convierte precisamente en oro, como a Midas, se disuelven los proyectos y se deslizan como arena entre los dedos.
Pero hay que seguir, no? y aunque haya días que parezca imposible, como si una araña te tuviese presa en su tela y no te dejara moverte, luchas por conseguir ese último hálito de fuerza y esperanza para no hundirte en tu propia miseria. No hay nada más asqueroso que la autocompasión.
Foto: Noelia Villodre