Tiempo de invasión, mental y física, en el propio espacio y tiempo.
Empiezan a llegar hordas de turistas que se expanden por el territorio, aniquilando la paz. Seres humanos que se creen únicos y especiales, con necesidades primarias a flor de piel, arrollando un lugar considerado paraíso.
Al final, todos al llegar aquí pasamos por una fase parecida, más o menos descarada, hay quién la evoluciona, y simplemente hay quien la retoma como 'loop' en cada llegada a esta roca flotante.
Los motivos terapéuticos para algunos, en el aislamiento, son para otros los motivos enajenables. Así pues, en el mismo escenario compiten y conviven álter egos y antagonistas... y a veces el paraíso se vuelve prisión.
Pretendemos un tiempo, porque respecto al tiempo de pretender, las pretensiones pretenciosas pueden llevarnos auto anonimia, y dejar de encontrarnos, en lugares pequeños que se vuelven inmensos.