Agujero

Mundos cercanos y lejanos, se tocan con la punta de los dedos, pero son paralelos y nunca se unen... La inmensidad de la superficie donde pisas, condiciona tu perspectiva. La destrucción que el ser humano realiza, confundiéndolo con creación, mutila los sentidos y la sensibilidad.
Recién salida de mi micromundo, donde todo es natural, pequeñito e infinito a la vez,  aterrizo en el monstruo de Levante, donde está el primer premio a la destrucción más rápida del ecosistema y el paisaje, tanto de montaña como costas, sumado a la ruina de las arcas públicas de una comunidad a la que se le empiezan a ver las grietas...
Hay que mutar la naturaleza destructora, en una habilidad creadora, porque ya casi no nos queda nada, y no es un pensamiento apocalíptico, es una bofetada cargadita de realidad.
Ahora, aquí, sólo con salir a las calle y mirar a mi alrededor, me dan ganas de llorar.

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