En la cumbre del olvido, en el abismo del adiós… cayendo velozmente, y sin miedo a la caida; con ganas de sentirla, de disfrutarla… porque es el paso a dar, el siguiente para continuar hacia delante.
En la subida del futuro, escalando hacia él; se quedó atrás el pasado, en la caida… y ahora mirando el horizonte, una luz incierta me guía hacia ella.
Lo que venga, será bienvenido. Y lo que fue, ya pasó… dándole la vuelta a la página; escribiendo un nuevo libro para mi vida… y nunca se lo que escribiré para mañana.

La presencia de la ausencia, dejó de ser una carga. La ausencia de la presencia, dejó de ser una realidad. Ahora me encuentro muy feliz, disfrutando… sentía México, como una vida paralela, pero es una vida real, que me demuestra lo que pueden llegar a cambiar las cosas. Estés donde estés, tu esencia permanece y absorves las cosas de cada lugar, que ayudan a que crezcas por dentro, que las experiencias te forjen… No podemos aferrarnos a una vida, porque sea la que conocemos, no podemos aferrarnos a las cosas que no nos dejan avanzar. Y creer que lo tenemos todo controlado, es absurdo, porque el futuro es ahora, y puede cambiar en un segundo. Así que sólo nos queda vivir cada minuto con intensidad y exprimir cada detalle.